jueves, 9 de abril de 2015

Las mujeres más importantes de mi vida...

Hola amigos, ¿Cómo andan? Yo estoy muy bien y contento por el contenido referente al dia de hoy… Como pueden ver en el titulo, las mujeres más importantes en mi vida, aquellas mujeres que todas y cada una de ellas marcaron una etapa de manera única cada etapa de mi vida. Sin más dilación, ¡vamos allá!

Bueno, como ya les he mencionado unas cuantas veces, mi papa es un hombre con muchas prioridades y trabajo constante, por lo que no puede velar por mis hermanos y yo en las tardes mientras estamos en casa, exactamente igual que mi madre. Entonces, analicemos, si mi mama está trabajando, igual que mi padre, ¿Cómo nos la buscamos mis hermanos y yo para no armar un incendio en casa? Exactamente de eso les vengo a hablar hoy, de las mujeres que han tenido la dicha de tener el cargo de cumplir con los quehaceres de mi casa, incluyendo el cuidado de mis hermanos y yo.

Comencemos desde lo más remoto de mi pensamiento, ¡a ver si me acuerdo de todas! Piensa Samuel, piensa… ¡Claro! La señora lealtad, esa chica que desde que mi madre me tenía en su vientre, y mi hermano mayor teniendo tres años, siempre  acompañó a mi familia en nuestras locas aventuras. Esta chica, recuerdo como si fuera ayer que tenía una baja estatura, una personalidad única y sino el mejor, uno de los mejores sándwiches de salami y queso que jamás he probado. Prefería comer uno de sus sándwiches que salir a cenar a cualquier restaurante caro que me ofrecieran, ¡ya pueden imaginarse que tan buenos eran! Sigamos con nuestros recuerdos… La señora descuido. ¡Ugh, que malos recuerdos! Esta señora es distinta a cualquiera de las que mencionare aquí, esta era poca higiénica, hacia sus oficios de manera dejada y por alguna razón, ¡nunca sabia donde estaba cualquier cosa! Literalmente, no importa lo que le preguntes, obtendrías un “no se” por respuesta, con un tono de desagrado que resultaba cada vez más irritante… De casualidad sabia donde estaba su cabeza y era por tenerla pegada al cuerpo.

Continuemos… Les presento a la señora teléfono, que como su nombre menciona, absolutamente siempre estaba hablando por teléfono, esta fue un poco más reciente, hace unos 3 o 4 años, y durante el tiempo que estuvo a cargo de mi hogar, no hubo una vez que yo caminara hacia la cocina y esta no me dijera “dame 50 pesos Samuelito”. Se preguntaran, ¿para que quisiera ese dinero? Adivinen, ¡para comprar recargas! Era algo que me retumbaba en el tímpano cada vez que me lo decía, me sacaba de mis casillas… Incluso, recuerdo que una vez le dieron 300 pesos equivalentes en recargas y lo gasto en menos de tres días. Cada vez que la solicitaba, sorpresa sorpresa, la señorita estaba pegada al teléfono, ya sea su celular o al de mi casa.

Ahora, les traigo a la que considero, la mejor de todas, la señora ánimos, la que sin importar que, podría alegrar mi dia y trabajaría sin descanso alguno para nuestra comodidad. Todo lo que hacía lo hacía cuidadosamente, por lo que todo le salía casi perfecto. También tenía tres hijos, de la misma edad que mis hermanos y yo, razón por la cual era mucho más fácil para ella comprender nuestro estilo de vida. Era la mejor que habíamos tenido, y la mejor que jamás tendremos… Y por último, la señora apatía, la más amargada de todas, que tenía una actitud que de solo verla te daba sueño, y desde que llegaba el lunes, pensaba en el momento en el que se iría el fin de semana, no podías pedirle nada porque todo le molestaba, y tenía la peor actitud de todas…


Cada una de ellas, a pesar de lo negativo, me enseñaron algo que las otras no, y puedo ser quien soy ahora… ¡Nos vemos en la próxima! Fue un placer traerles esta entrada, me divertí mucho haciéndola y espero que les haya gustado… Hay muchas más, ¡pero si sigo no acabo hoy!

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