¿Hola amigos, como andan? Yo estoy muy
bien y preparado para lo que les voy a
traer ahora mismo… Me gusta porque no es lo de siempre, es algo diferente y
divertido.
Bueno, hay un libro súper interesante en mi
colección de libros leídos, un libro que es bastante especial en mi país por su
contenido, todo su contenido fue escrito por dos grandes escritores y poetas
dominicanos… Juan Antonio Alix y Meso Mónica. Tal vez conozcan este libro, me
alegro si lo hacen, si buscan quiénes son estos dos grandiosos hombres, pueden
irse imaginando de que trata el libro… Es uno de esos libros a los cuales no
puedes sacarles análisis, solo puedes decir cuál era su sentido, que fue lo que
más te gusto y que fue lo que menos te gusto, cosas así… Este libro es nada más
y nada menos que… ¡Décimas populares
Dominicanas escritas por Juan Antonio Alix y Meso Mónica! Aunque no lo crean…
Así mismo se llama el libro, si pudiera encontrar una foto de él, se las
pusiera… Lamentablemente no encontré una.
Entonces, este libro, es de aquellos
mediante los cuales puedes obtener una sonrisa. Este libro honestamente, me divirtió
montón, ver todas esas decimas sobre el país de Alix y de Mónica, descubrir cada
día más y más sobre el país mediante el libro, todas esas cosas y muchas otras,
alegraban mi día. Para los que no sepan lo que es una décima, es un poema de
diez versos que rima abbaaccddc. Estas letras se ponen al lado de cada verso,
es una forma de agruparlos para representar su rima. Si analizamos, los versos
de la décima riman el primero con el cuarto y el quinto; El segundo con el tercero; El sexto con el séptimo y el décimo y el octavo con el noveno.
Como les decía, estas decimas eran muy
graciosas, leí este libro hace más de un año y todavía me recuerdo de el como
su lo hubiera leído ayer. Recuerdo bastante bien que hubo una de esas decimas
las cuales me causó mucha gracia, que fue “El follón
de Yamasá” Escrita por Juan Antonio Alix. Había montones de ellas, pero la
que más me gustó de todas fue la que les acabo de mencionar. Trata de un señor
que se tiro un follón en medio de la misa (un follón es un gas) y olía bastante
mal. Todos se quejaban del terrible olor. Tanto así que el padre que estaba
dando la misa, tuvo que pedirle mediante el micrófono a la persona responsable
del incidente que saliera de la parroquia. Cuando todo el mundo decide salir
del lugar por el olor, el padre interroga al responsable, que fue un viejito
que había comido frijoles antes de ir a misa.
Esta fue una gran decima en mi opinión y me
encanto muchisisisimo. Aquí se la dejo:
Siento mucho relatar
lo que al fin relato hoy,
porque ya dirán que soy
amigo de exagerar;
Y el que me ha de murmurar
desde ahora ya sabrá,
que tres pitos se me da
que figuren que es un cuento
lo que pasó en el convento
del pueblo de Yamasá.
lo que al fin relato hoy,
porque ya dirán que soy
amigo de exagerar;
Y el que me ha de murmurar
desde ahora ya sabrá,
que tres pitos se me da
que figuren que es un cuento
lo que pasó en el convento
del pueblo de Yamasá.
Pues un día de la Asunción
estando yo en Yamasá,
vino el cura de Boyá
a celebrar la función.
A mediado del sermón
hubo allí un pelotero
que hasta vino un tal Peguero
que es el jefe del lugar,
queriendo allí disparar
un trabuco naranjero.
estando yo en Yamasá,
vino el cura de Boyá
a celebrar la función.
A mediado del sermón
hubo allí un pelotero
que hasta vino un tal Peguero
que es el jefe del lugar,
queriendo allí disparar
un trabuco naranjero.
Un haíto que por cierto
fue a gozar de la función
se largó allí un follón
que hedía a perro muerto;
yo no diré que es incierto
que estuve al perder el tino,
pues el follón tan dañino
de aquel ahíto infeliz
me picó en la nariz
como un ají montesino.
fue a gozar de la función
se largó allí un follón
que hedía a perro muerto;
yo no diré que es incierto
que estuve al perder el tino,
pues el follón tan dañino
de aquel ahíto infeliz
me picó en la nariz
como un ají montesino.
Del púlpito descendió
de cabeza el reverendo,
y al caer iba diciendo:
«¡Qué peo se han tirado, fo!»
Y al sacristán que le dio
esa brisa tan impura,
dijo «¡fo, y es de asadura,
aquí no lo aguanto yo!»;
y en seguida se tiró
de cabeza tras del cura.
de cabeza el reverendo,
y al caer iba diciendo:
«¡Qué peo se han tirado, fo!»
Y al sacristán que le dio
esa brisa tan impura,
dijo «¡fo, y es de asadura,
aquí no lo aguanto yo!»;
y en seguida se tiró
de cabeza tras del cura.
Como el campanero es ciego
al oír la corredera,
sin averiguar siquiera
comenzó a tocar a fuego.
Salió el cura sin sosiego
con la frente en un chichón
gritando más que un lechón
y preguntando igualmente:
«¿Quién ha sido el indecente
que se largó ese follón?»
al oír la corredera,
sin averiguar siquiera
comenzó a tocar a fuego.
Salió el cura sin sosiego
con la frente en un chichón
gritando más que un lechón
y preguntando igualmente:
«¿Quién ha sido el indecente
que se largó ese follón?»
A una vieja de la Jagua
le tumbaron el pañuelo,
y se vio caer al suelo
una peineta de yagua;
dejaron allí una enagua
por el maldito follino,
que, por tener palomino,
nadie la quiso tocar;
al Alcalde del lugar
le aplastaron el gallino (bombo).
le tumbaron el pañuelo,
y se vio caer al suelo
una peineta de yagua;
dejaron allí una enagua
por el maldito follino,
que, por tener palomino,
nadie la quiso tocar;
al Alcalde del lugar
le aplastaron el gallino (bombo).
Según la opinión del cura
y del sacristán también,
el follón fue de lerén
de mondongo, o de asadura.
Pronto irá a la sepultura
quien soltó ese marrano,
pues si no se hallaba sano
ese maldito cochino,
no debió en lugar divino
follonear así al cristiano.
y del sacristán también,
el follón fue de lerén
de mondongo, o de asadura.
Pronto irá a la sepultura
quien soltó ese marrano,
pues si no se hallaba sano
ese maldito cochino,
no debió en lugar divino
follonear así al cristiano.
Después que aquello pasó
y que fue calmado todo,
dijo el cura del mal modo:
«¡Ese follón me mató!
Pero ahora quiero yo,
en bien de la religión
echarle la excomunión
si no declara al momento,
el que vino a este convento
a largarse ese follón.»
y que fue calmado todo,
dijo el cura del mal modo:
«¡Ese follón me mató!
Pero ahora quiero yo,
en bien de la religión
echarle la excomunión
si no declara al momento,
el que vino a este convento
a largarse ese follón.»
Salió un viejo setentón
hinchado y descolorido,
y al cura dijo: «yo he sido
el que me tiré el follón.
No fue esa mi intención
le digo, Padre bendito,
sepa usted que estoy agito
y creo que no tengo cura,
calcule que es de asadura
que comí cuando chiquito».
hinchado y descolorido,
y al cura dijo: «yo he sido
el que me tiré el follón.
No fue esa mi intención
le digo, Padre bendito,
sepa usted que estoy agito
y creo que no tengo cura,
calcule que es de asadura
que comí cuando chiquito».
El sacristán dijo al cura
saltando y con alegría:
«Mi amo, ¿no le decía
que el follón fue de asadura?»
saltando y con alegría:
«Mi amo, ¿no le decía
que el follón fue de asadura?»
«Tú tienes razón criatura
son buenas tus condiciones,
rogaré en mis oraciones
al Divino Sacramento,
que no salgas del convento
para que huelas follones.»
son buenas tus condiciones,
rogaré en mis oraciones
al Divino Sacramento,
que no salgas del convento
para que huelas follones.»
Y bueno chicos, esto ha
sido todo, espero que les haya gustado, se que la decima es un tanto larga pero
DE VERDAD vale la pena el tiempo que se gasta leyéndola, háganlo y verán y nos
vemos en la próxima. Adiós.
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